PERMITIRSE LLORAR…
Permitirse llorar no es fácil…
Nos han educado para ser fuertes, ser
árboles de pie ante las adversidades de la vida.
Muchas veces sentimos angustia, el pecho dolorido ante tantas presiones y seguimos caminando, no nos detenemos a llorar: “debes ser fuerte…”, “llorar es de los débiles…”, “los hombres no lloran…”, “llorar es sinónimo de debilidad…”.
Tantas frases hemos escuchado en nuestra infancia, en nuestra
juventud, que ante el dolor, la pérdida, las injusticias, el fracaso,
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