EL ZORRO GRUÑÓN
En aquel
atardecer la luna asomaba sus cuernos del naciente, de un blanco, brillante, intenso. Los pájaros habían acallado su canto mientras el viento pampero levemente paseaba por el
monte. A la orilla del
sendero, un zorro muy gruñón, rompía aquella apacible
noche con sus gritos y correrías.
– “ ¿Que pasa señor zorro?” – Le dijo un pichecito asomándose desde su
cueva. – “ ¿Por qué tan gruñón, hoy?”
– “Es que me duele mucho la muela”, – dijo el zorro. – “Se me quedó atascado
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