LA GAVIOTA Y LA ALMEJA
En una solitaria playa, una almeja se disponía a abrir sus conchas para refrescarse al sol cuando, de repente, una hambrienta gaviota que sobrevolaba la arena se abalanzó sin piedad sobre ella.
Sin embargo, la almeja fue tan rápida que se cerró de golpe, atrapando con su acción el pico del ave, que no paraba de intentar zafarse, moviendo sus alas aceleradamente.
– ¡Suéltame ya o morirás aquí derretida por el sol! –le dijo, muy rabiosa, la gaviota.
– ¿Yo, derretida? ... (ver texto completo)
En una solitaria playa, una almeja se disponía a abrir sus conchas para refrescarse al sol cuando, de repente, una hambrienta gaviota que sobrevolaba la arena se abalanzó sin piedad sobre ella.
Sin embargo, la almeja fue tan rápida que se cerró de golpe, atrapando con su acción el pico del ave, que no paraba de intentar zafarse, moviendo sus alas aceleradamente.
– ¡Suéltame ya o morirás aquí derretida por el sol! –le dijo, muy rabiosa, la gaviota.
– ¿Yo, derretida? ... (ver texto completo)