A TODA PRISA
Cierta vez, un conductor se desplazaba por una autopista a una velocidad excesivamente alta, cuando, de repente justo después de una curva aparece un hombre parado en medio de la
vía, haciendo
señal de parada con los brazos y de una forma desesperante.
El conductor, sorprendido y a la vez asustado, toca insistentemente la bocina para ver si así el individuo se quitaba del
camino. Pero fue inútil, el hombre seguía haciendo señal de que parase con sus brazos.
Debe de estar loco, dijo
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