EL HOMBRE RICO
Un hombre muy rico llegó a un
pueblo que no conocía, entró en la cantina, se sentó a una mesa, llamó al encargado y, en voz alta, dijo:
–Sirve a cada uno de los presentes lo que quieran. ¡Yo pago!
El hombre obedeció y sirvió lo que pidieron los clientes, que se mostraron muy agradecidos con el desconocido.
–Soy rico y quiero
comprar la
casa más grande de este pueblo.
El encargado, impresionado, se ofreció a ayudarlo. Así, el hombre consiguió mudarse a una gran casa, donde
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