El eco de la soledad, triste
historia
En un
pueblo olvidado por el tiempo, vivía una anciana llamada Doña Clara. Su rostro, surcado por arrugas, contaba historias de una vida de sacrificios y amores perdidos. Sus ojos, opacos y cansados, aún guardaban el brillo tenue de la esperanza. Sus pasos eran lentos, su cuerpo frágil, pero su corazón seguía latiendo con la fuerza de quien ha sobrevivido demasiado.
Doña Clara había sido madre de tres hijos, quienes, como el viento, habían volado lejos en
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