Había una chica que se odiaba por ser ciega.
Odiaba a todos, excepto a su novio amoroso; que siempre estaba allí para ella.
Un día, ella le dijo a su novio:
-«Si pudiera ver el mundo, aunque sólo fuera un día, me casaría contigo.» –
El día llegó, pues alguien donó un par de ojos para ella.
Cuando por fin retiraron el vendaje de sus ojos, fue capaz de verlo todo, incluyendo a su novio.
Él entonces le preguntó:
-“ ¿Ahora que ya puedes ver el mundo, quieres casarte conmigo?” –
La
joven miró
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