La leyenda dice que esta
flor de delicioso aroma nació del amor de dos jóvenes sobre los que te contaré a continuación.
En el lugar más hermoso de la
sierra, justo a los pies, se encontraba Papantla, una de las más hermosas ciudades totonacas, dedicada especialmente al culto de la diosa Tonacayohua, que tenía a su cuidado las cosechas. A esta deidad le dedicaban su vida doce mujeres, elegidas desde su infancia, quienes hacían un voto de castidad como promesa de devoción.
Una de esas doce personas
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