EL ORIGEN DE LOS APELLIDOS
En la
antigüedad, no existían los apellidos. Tomemos la Biblia, por ejemplo:
A los personajes del Antiguo y Nuevo Testamento se les conocía por su nombre: Abraham, Moisés, Pedro, Juan, Mateo, Jesús, María y José.
No había tal cosa como Abraham Pérez, Mateo Delgado o José García. (Cuidado: Iscariote no era el apellido del traidor Judas, ni Tadeo el del
santo; eran sobrenombres, apodos).
Con el tiempo, las comunidades se poblaban cada vez más y más, y de momento surgían
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