Una lección de humildad
Resulta que el gran califa Harún al Rashid de Bagdad, uno de los más ricos en Arabia, decidió ofrecer un gran banquete en su majestuoso
palacio para demostrar a todos las grandes riquezas que poseía.
Entre los invitados estaba el poeta más reconocido y admirado por el califa, y no dudó en sentarse a su lado.
La estancia estaba repleta de objetos de oro, plata y
piedras preciosas. La mesa, de suculentos y caros manjares. Todo brillaba y los invitados estaban realmente
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