La
fuente de la
juventud
Un día Don Quetza, un quetzal muy sabio y de hermoso plumaje, escuchó la discusión de sus nietos. Uno decía: “Yo soy el más fuerte”; pero el otro le reclamaba: “Tú serás el más fuerte, pero yo tengo la plumas más hermosas de todos lo quetzales”. Y así, reñían hasta los golpes.
Don Quetza aprovechó el momento para contarle una
historia sobre la experiencia que le cambio la vida.
-“Hace mucho tiempo cuando yo era
joven”, les decía. “Me sentía el quetzal más hermoso y fuerte
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