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PEDRO MARTINEZ (Granada)

Los Almendros florecen
Foto enviada por sensi

Aquello que une y separa a las personas, no son las diferencias, si no los valores.
Sólo aquellos que se arriesgan a ir demasiado lejos pueden descubrir hasta dónde se puede llegar.
Los cazadores atrapan las liebres con los perros; muchos hombres atrapan a los ignorantes con la adulación.
El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para qué se vive.
Buenos días foreros-as... ¡Feliz Lunes!
EL ASNO Y EL LOBO

Un asno estaba plácidamente comiendo hierba en un prado cuando observó que, desde lejos, un lobo venía corriendo hacia él con un único propósito: hincarle los dientes. Cuando lo tuvo cerca, empezó a hacerse el cojo. El lobo, que siempre quería enterarse de todo, se dirigió al cuadrúpedo y, antes de saciar su hambre con él, le preguntó qué le pasaba en la pata que la iba arrastrando.
El asno vio en el interés del lobo una oportunidad de escaparse y continuó con su farsa, explicándole ... (ver texto completo)
No se puede esperar construir un mundo mejor sin mejorar a las personas. Cada uno de nosotros debe trabajar para su propia mejora.
Aparentar tiene más letras que ser.
Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no desespero en aprender.
El mundo es de quien nace para conquistarlo y no de quien sueña que puede conquistarlo.
LOS ALUMNOS IRREFLEXIVOS

Un sabio maestro estaba dando clase a un grupo de jóvenes discípulos. En un determinado momento, estos le pidieron que les revelara una sagrada fórmula de la que habían oído hablar y por medio de la cual los muertos pueden ser devueltos a la vida. « ¿Y que pensáis hacer con esa cosa tan peligrosa?», les preguntó el sabio maestro. «No vamos a hacer nada, solo es para robustecer nuestra fe», le respondieron. «El conocimiento prematuro es muy peligroso cuando se le proporciona ... (ver texto completo)
LA PERSEVERANCIA

Un joven abandonó su hogar para marcharse a estudiar con un prestigioso maestro y, nada más conocer al viejo erudito, le preguntó: « ¿Cuánto tiempo tardaré en ser tan sabio como usted?». Y, al instante, el anciano le respondió: «Cinco años». «Eso me parece demasiado tiempo. ¿Y si me comprometo a trabajar el doble?», replicó el muchacho. Y el maestro lo sorprendió con esta respuesta: «Entonces, tardarás 10 años». Contrariado ante semejante contestación, el muchacho protestó: «Sigue ... (ver texto completo)
Nunca dejes de ilusionarte; el día que pierdes las ilusiones dejas de luchar y la vida se vuelve muy difícil.