Había una vez una mujer muy bella que vivía en un
pueblo chico y que era viuda. Algunas mujeres la admiraban por ser tan culta, refinada, elegante y de nobles propósitos. Otras mujeres la aborrecían por envidia, por celos, por su propio vacío personal y carencias, porque así es la gente.
Cuando se supo del cumpleaños de la mencionada mujer, un grupo de mujeres de
calle, chismosas y de esas resentidas con la vida porque creen que la vida les debe algo, se pusieron de acuerdo para lastimar a la viuda
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