EL CUERVO Y LOS PAVOS REALES
Un cuervo vanidoso estaba cansado de sus plumas negras y sentía una cierta envidia de los pavos reales, siempre adornados con sus bellísimos y vistosos
colores. Piensa que te piensa, un buen día decidió recoger las plumas que se le habían caído a un pavo real, se engalanó con ellas y, desdeñando luego a otros cuervos, se introdujo en la hermosa manada de los pavos reales. Los pavos admiraron al principio a ese ser tan ridículo y extraño, pero al poco reconocieron que
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