PEDRO MARTINEZ (Granada)

Lo malo de vivir en la nubes, es que luego tienes que bajar.

Hay quien te abraza tan fuerte que parece que quiere romperte y en vez de romperte, te arregla.

En el aire polvoriento chispeaban las candelas, y la noche azul ardía toda sembrada de estrellas.

Una persona digna prefiere vivir un segundo de pie, a arrastrarse toda la vida de rodillas.

La casa es un lugar que cuando creces quieres dejar, y cuando envejeces, quieres volver.

Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el arte de vivir juntos, como hermanos.

Cometer errores es natural en el hombre, pero lo es más echar la culpa a los demás.

Hay quien ve las hojas que mueren, yo prefiero observar los colores que nacen.

Y siempre llega la noche a acariciar nuestros sueños y a decirnos que a pesar de todo... mañana será otro día.

Nunca midas la altura de una montaña hasta que no hayas llegado a la cumbre. Entonces verás que no era tan alta como pensabas..

LA AMANTE Leer hasta el final

"Unos años después de que yo naciera, mi padre conoció a una extraña recién llegada a nuestro pequeño pueblo.
Desde el principio, mi padre estaba fascinado con esa encantadora novata y luego la invitó a vivir con nosotros.
La extraña aceptó y, sorprendentemente, ¡mi madre también!
Mientras crecía, en mi mente joven, ella ya tenía un lugar muy especial.
Mi madre me enseñó lo que era bueno y lo que era malo y mi padre me enseñó a obedecer.
Pero la extraña era más ... (ver texto completo)

La mayor prisión en la que viven las personas es el miedo de lo que piensen los demás.

No tengo miedo de decir lo que pienso, me da miedo la gente que se calla y va donde sopla el viento.

La amistad es como una burbuja de jabón, demasiado frágil como para jugar con ella.

El pueblo no renuncia nunca a sus libertades sino bajo el engaño de una ilusión.