LAS DOS MULAS CARGADAS
Había dos mulas que transportaban cargas muy pesadas cada día, una de ellas llevaba sacos de granos y, la otra, sacos de dinero. La mula que llevaba el grano caminaba muy tranquila, pero la que llevaba el dinero andaba con soberbia y entusiasmo, como si el dinero fuera suyo, haciendo sonar los cascabeles que llevaba alrededor del cuello para llamar la atención.
Un día, unos ladrones las abordaron atraídos por el ruido de los cascabeles. Ignoraron a la mula que llevaba el grano y se fueron directos a la que cargaba el dinero, hiriéndola con un arma. El animal, lastimado, no tardó en lamentar su suerte y lo malherida que se encontraba, mientras su compañera le decía: «Pues yo estoy contenta porque a mí no me han herido y tampoco se han llevado mi carga, así que me alegro de que me hayan ignorado, porque nada he perdido».
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