EL
HOSPITAL DE LEPROSOS
Un turista que se encontraba de viaje en la
India decidió visitar un hospital de leprosos.
Nada más entrar y cruzar el recibidor de la clínica vio a una
joven enfermera curando las carnes podridas de un pobre hombre.
Asqueado frente a lo que tenía delante, no pudo evitar acercarse a la mujer y decirle:
–Perdone que me meta donde no me llaman, pero yo no haría eso que usted está haciendo ni por un millón de rupias.
La enfermera, sin apenas inmutarse, le respondió:
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