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PEDRO MARTINEZ (Granada)

primavera
Foto enviada por juang

Si tu sabes lo que tienes para dar, entonces ya sabes lo que mereces recibir...
Nunca una noche ha vencido al amanecer, y nunca un problema ha vencido a la esperanza.
La mente es como el agua, cuando está calmada y en paz puede reflejar la belleza del mundo, pero cuando está agitada puede tener un paraíso en frente y no lo reflejará...
7ma. Parte.

... Las princesas se habían mostrado de genio alegre en el castillo de Salobreña, por lo que, Mohamed el Zurdo esperaba igualmente verlas entusiasmadas en la Alhambra.

Pero, con gran sorpresa para el, empezaron a languidecer y a tornarse melancólicas, no manifestándose nunca satisfechas por nada;

"no les deleitaba la fragancia de las flores, ni el canto de los ruiseñores, les turbaba el sueño por la noche, y por último, no podian soportar el continuo l murmullo de las fuentes ... (ver texto completo)
8ª parte

Pues bien, cuando pasé ayer por Torres Bernejas, vi a los tres caballeros descansando del rudo trabajo del día;

¡uno estaba tocando la guitarra tan gallardamente... mientras los otros cantaban, alternando, con tal estilo, que los mismos guardias parecían estatuas u hombres encabtados!

¡Allah me perdone! pero al oír las canciones de mi país natal, me sentí conmovida!

Y luego,
¡Ver tres hombres tan jóvenes y gentiles cargados de cadenas y en la esclavitud! ... (ver texto completo)
6ta. Parte.

... ya se aproximaba la cabalgata a Granada cuando se vió en uno de los bancos de la ribera del Genil un pequeño cuerpo de soldados, que conducían un comvoy de prisioneros, y era demasiado tarde para que se apartarán aquellos hombres del camino, con lo cual se echaron los soldados al suelo con sus rostros mirando a la tierra, y ordenando a los cautivos que hicieran lo mismo, entre los prisioneros se encontraban aquellos tres caballeros que las princesas habían visto desde el pabellón ... (ver texto completo)
7ma. Parte.

... Las princesas se habían mostrado de genio alegre en el castillo de Salobreña, por lo que, Mohamed el Zurdo esperaba igualmente verlas entusiasmadas en la Alhambra.

Pero, con gran sorpresa para el, empezaron a languidecer y a tornarse melancólicas, no manifestándose nunca satisfechas por nada;

"no les deleitaba la fragancia de las flores, ni el canto de los ruiseñores, les turbaba el sueño por la noche, y por último, no podian soportar el continuo l murmullo de las fuentes ... (ver texto completo)
5ta. Parte.

Así diciendo, ordenó que prepararán una de las torre de la Alhambra para que les sirviese de vivienda a las princesas, y partió a la cabeza de sus guardias hacia la fortaleza de Salobreña, para traerlas él mismo en persona.

Habían trascurrido diez años desde que Mohamed el Zurdo había visto a sus hijas por última vez, y no daba crédito a sus ojos contemplando el maravilloso cambio que se había experimentsdo en ellas en tan breve espacio de tiempo, como que en este intervalo habían ... (ver texto completo)
6ta. Parte.

... ya se aproximaba la cabalgata a Granada cuando se vió en uno de los bancos de la ribera del Genil un pequeño cuerpo de soldados, que conducían un comvoy de prisioneros, y era demasiado tarde para que se apartarán aquellos hombres del camino, con lo cual se echaron los soldados al suelo con sus rostros mirando a la tierra, y ordenando a los cautivos que hicieran lo mismo, entre los prisioneros se encontraban aquellos tres caballeros que las princesas habían visto desde el pabellón ... (ver texto completo)
¡fijaos en aquel otro
vestido de azul!
--exclamó Zorayda--
¡qué hermosura!
¡qué elegancia!
¡qué porte!

La gentil Zorahayda nada dijo, pero prefirió en su interior al caballero vestido de verde.
Las princesas continuaron observando hasta que perdieron de vista a los prisioneros, entonces, suspirando tristemente se volvieron, mirándose durante un momento unas a otras, sentándose meditabundas y pensativas en sus cómodas otomanas.
La discreta Kadiga las encontró en tal actitud, contaránle ... (ver texto completo)
5ta. Parte.

Así diciendo, ordenó que prepararán una de las torre de la Alhambra para que les sirviese de vivienda a las princesas, y partió a la cabeza de sus guardias hacia la fortaleza de Salobreña, para traerlas él mismo en persona.

Habían trascurrido diez años desde que Mohamed el Zurdo había visto a sus hijas por última vez, y no daba crédito a sus ojos contemplando el maravilloso cambio que se había experimentsdo en ellas en tan breve espacio de tiempo, como que en este intervalo habían ... (ver texto completo)
3ra. Parte

Zaida, la mayor, es de espíritu intrépido, y siempre se pone al frente de sus hermanas para todo, lo mismo que hizo al nacer, salió igualmente la primera. Es también curiosa, preguntona y amiga de profundizar en el porqué de todas las cosas.

Zorayda es una apacionada de la belleza, por esa razón, sin duda, se deleitaba mirándo su propia imagen en un espejo o en las cristalinas aguas de una fuente, tenía delirio por las flores, las joyas y por cualquier adorno que realzara su hermosura.

En ... (ver texto completo)
¡fijaos en aquel otro
vestido de azul!
--exclamó Zorayda--
¡qué hermosura!
¡qué elegancia!
¡qué porte!

La gentil Zorahayda nada dijo, pero prefirió en su interior al caballero vestido de verde.
Las princesas continuaron observando hasta que perdieron de vista a los prisioneros, entonces, suspirando tristemente se volvieron, mirándose durante un momento unas a otras, sentándose meditabundas y pensativas en sus cómodas otomanas.
La discreta Kadiga las encontró en tal actitud, contaránle ellas lo que habían visto, y el apagado corazón de Kadiga se sintió también conmovido.

¡Pobres jóvenes! -Exclamó-

¡Apostaría que su cautiverio deja presa del más profundo dolor en el corazón de algunas damas principales de su país!

¡Ah, hijas mías!
No tenéis ni idea de la vida que llevan esos caballeros en su patria;
¡Qué justas y torneos!
¡Qué respeto a sus damas!
¡Qué modo de hablar y dar serenatas!

La curiosidad de Zayda se acrecentó en extremo, y no se cansaba de preguntar ni de oír de los labios de Kadiga la animada pintura que hacía de los episodios de sus días juveniles allá en su país.
La hermosa Zorayda, se reprimida y se miraba disimuladamente en un espejo, cuando la conversación recayó sobre los encantos de las damas españolas.
En tanto que Zorahayda ahogaba sus suspiros cuando oía contar lo de las serenatas a la luz de la luna.
Todos los días renovaba sus preguntas la curiosa Zayda, y todos los días repetía sus historias la madura Kadiga, siendo escuchada por su bello auditorio con profundo interés y entrecortados suspiros
Al fin la astuta Kadiga cayó en la cuenta del daño que acaso estaba ovacionado con sus historias de juventud. Ella se había acostumbrado a tratar a las princesas como niñas, sin considerar que insensiblemente habían ido creciendo y que tenía ya delante a tres hermosisimas "jóvenes casaderas"

"ya es tiempo,
-pensó Kadiga-
de avisar al rey"

Hallavase sentado cierta mañana Mohamed el Zurdo sobre un cómodo diván en uno de sus salones de la Alhambra, cuando llegó un esclavo de la fortaleza de Salobreña con un mensaje de la prudente Kadiga, felucitandole en el cumpleaños del natalicio de sus hijas. Al mismo tiempo le presentó el esclavo una delicada cestita adornada de flores y en la cual, sobre pampanos y hojas de higuera, venían un melocotón, un albaricoque y un prisco, cuya frescura, color y madurez tentaba el apetito.

El monarca, versado en el lenguaje original de las flores y las frutas, adivino de inmediato el dignificado de ésta emblemática ofrenda.

--ya ha llegado -dijo- el periodo crítico señalado por los astrólogolos, mis hijas están en edad de casarse.

¿Que haré?

Están ocultas de las miradas de lis hombres y bajo la custodia de la discreta Kadiga, todo marcha bien, pero no están bajo mi atenta vigilancia, como me predigeron los astrólogolos;

"debo, pues, recogerlas bajo mis alas y no confiarlas a nadie"....

Fin de la 4ta. Parte. ... (ver texto completo)
2da. Parte.

.. Los argumentos de la discreta Kadiga hicieron su efecto, la joven española enjugó sus lágrimas y al fin accedió a ser la esposa de Mohamed el Zurdo, adoptando, además, la religión de su real esposo, así como la astuta Kadiga afectó haberse hecho fervorosa partidaria de la religión mahometana, fue entonces cuando realmente tomó el nombre árabe de Kadiga y se le permitió permanecer como persona de confianza al lado de su señora.

Pasado el tiempo, el Rey moro fue padre de tres hermosisimas ... (ver texto completo)
3ra. Parte

Zaida, la mayor, es de espíritu intrépido, y siempre se pone al frente de sus hermanas para todo, lo mismo que hizo al nacer, salió igualmente la primera. Es también curiosa, preguntona y amiga de profundizar en el porqué de todas las cosas.

Zorayda es una apacionada de la belleza, por esa razón, sin duda, se deleitaba mirándo su propia imagen en un espejo o en las cristalinas aguas de una fuente, tenía delirio por las flores, las joyas y por cualquier adorno que realzara su hermosura.

En ... (ver texto completo)
LEYENDAS GRANAINAS. Las tres princesas. 1ra. Parte.

Cuenta la leyenda, que hace siglos reinaba en Granada un príncipe moro de nombre Mohamed, al que sus vasallos le llamaban por el sobrenombre de "El Haigary" que quiere decir "El Zurdo", por ser más ágil en el uso de la mano izquierda que con la diestra, otros dicen lo que porque solia hacerlo todo al revés, o más claro aún "que lo hacía todo mal" y solia echar a perder todos los asuntos en que se entremetia.

Lo cierto es que, ya por desgracia ... (ver texto completo)
2da. Parte.

.. Los argumentos de la discreta Kadiga hicieron su efecto, la joven española enjugó sus lágrimas y al fin accedió a ser la esposa de Mohamed el Zurdo, adoptando, además, la religión de su real esposo, así como la astuta Kadiga afectó haberse hecho fervorosa partidaria de la religión mahometana, fue entonces cuando realmente tomó el nombre árabe de Kadiga y se le permitió permanecer como persona de confianza al lado de su señora.

Pasado el tiempo, el Rey moro fue padre de tres hermosisimas ... (ver texto completo)
LEYENDAS GRANAINAS. Las tres princesas. 1ra. Parte.

Cuenta la leyenda, que hace siglos reinaba en Granada un príncipe moro de nombre Mohamed, al que sus vasallos le llamaban por el sobrenombre de "El Haigary" que quiere decir "El Zurdo", por ser más ágil en el uso de la mano izquierda que con la diestra, otros dicen lo que porque solia hacerlo todo al revés, o más claro aún "que lo hacía todo mal" y solia echar a perder todos los asuntos en que se entremetia.

Lo cierto es que, ya por desgracia ... (ver texto completo)
Cleopatra, la reina del Nilo
Hace un montón de siglos vivió en Egipto, un país de África, una reina famosa por su belleza, por su inteligencia y por su gran habilidad para gobernar su país. Se llamaba Cleopatra. Sus padres eran los reyes Ptolomeo y Cleopatra Trifena. Como Egipto está muy cerca del río Nilo, el más grande e importante del continente africano, se la conoció como “la reina del Nilo”.
Desde muy pequeña, Cleopatra destacó en los estudios porque era muy aplicada. Hablaba siete idiomas ... (ver texto completo)
La alegría y el sufrimiento son inseparables como compases diferentes de la misma canción...
Si eres orgulloso conviene que ames la soledad; los orgullosos siempre se quedan solos”.
Deja de vivir pensando que le debes algo a la gente, o que su opinión es importante. Podrías pasar toda tu vida tratando de agradar a las personas, pero igual hablarían mal de ti, así como de todos. No esperes a llegar al final de la vida para descubrir que lo que dicen los demás no te paga la renta ni te hace el mercado. Y ya sabemos que ni tú ni yo somos perfectos. Pero a fin de cuentas... a quién le importa?
Buenas noches Sensi, es mejor decir lo que decia uno a su amigo.
El que me deva que me pague que ya es hora. Y alque le deva yo, que se espere, que no estamos en ningun reventaero coño,