Deja de vivir pensando que le debes algo a la gente, o que su opinión es importante. Podrías pasar toda tu vida tratando de agradar a las personas, pero igual hablarían mal de ti, así como de todos. No esperes a llegar al final de la vida para descubrir que lo que dicen los demás no te paga la renta ni te hace el mercado. Y ya sabemos que ni tú ni yo somos perfectos. Pero a fin de cuentas... a quién le importa?