Félix, la tortuga valiente.
La tortuga Félix esperaba un día el autobús para ir a la
escuela, con su cabeza baja y su carita triste, sin ganas de ir al
colegio. Su mamá, la tortuga, le preguntó:
Félix, cariño, ¿qué te sucede?
¡Nada mami!- contestó Félix.
Félix no tenía
amigos, siempre se sentaba solo y sin nadie con quien hablar. Todos le miraban siempre raro.
Su profesor, que había mandado para ese día una lectura a cada niño, dijo:
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