LAS PALOMAS OBSEQUIADAS
Existía una pequeña población en China en la que aún se mantenía la tradición de cazar palomas para entregárselas al príncipe como obsequio el día de Año Nuevo. Al soberano le encantaba esa tradición. De hecho, ofrecía recompensas a quienes le llevaban las palomas. Un día, una persona le preguntó por qué le gustaba tanto aquella tradición.
–Me gustan mucho las palomas. Por eso, un año después de que me las traigan, las dejo libres para demostrar mi bondad– respondió.
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Existía una pequeña población en China en la que aún se mantenía la tradición de cazar palomas para entregárselas al príncipe como obsequio el día de Año Nuevo. Al soberano le encantaba esa tradición. De hecho, ofrecía recompensas a quienes le llevaban las palomas. Un día, una persona le preguntó por qué le gustaba tanto aquella tradición.
–Me gustan mucho las palomas. Por eso, un año después de que me las traigan, las dejo libres para demostrar mi bondad– respondió.
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