Faltaban pocas horas para
Navidad y en el Polo Norte y los elfos se apresuraban a empaquetar los últimos regalos.
Papá Noel ya estaba preparado para partir en su trineo tirado por sus ocho renos y Rodolfo, el reno de la nariz roja.
Comprobó que todo estaba listo, cogió las riendas del trineo y ordenó a los renos:
– ¡Levantad el vuelo, esta
noche llevaremos regalos e ilusión a todos los niños del mundo!
Emprendieron vuelo entre estrellas fugaces y auroras boreales.
Sin embargo, cuando Papá
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