PEDRO MARTINEZ (Granada)

Nunca pienses en vengarte de nadie no hay mas dulce que ver como la vida se cobra lo que te hacen..

Hoy llueve en el pueblo agua temporal, como decimos por aquí.

Habla con suavidad y lleva un buen garrote; llegarás lejos.

Mientras mantengas la vista en tus metas no habrá obstáculos que te detengan.

Que el olvido nunca toque el nombre de las personas que nos han ayudado, que nunca nos dé amnesia de agradecimiento.

Serán los pasos cortos que te harán recorrer largas distancias, no tengas prisa, paso a paso llegarás a todas partes.

Tal vez todos los días no son como quisiéramos, pero siempre habrá algo bueno en cada día.

Si solo piensas en el ayer, nunca podrás tener un mañana.

Aquel que más posee, más miedo tiene de perderlo.

La vida es extraña ¡hay quien tiene todo! y se lamenta, hay quien no tiene nada y sonríe.

El gran silencio de los perros, nos consuela de las inútiles palabras de algunos hombres.

Si no puedes quererte y respetarte a ti mismo, nadie podrá hacer que eso ocurra..

Buenas noches Antonia, ha llovido un poco pero tenemos el cielo que no se ve hay polvo del desierto como llueva caerá barro incluso sin llover cae tierra es una barbaridad lo que ha traído el viento en Facebook han puesto unas fotos de Vicar en Almería y está todo el cielo rojo del polvo yo no lo he visto nunca así... Que descanses.

Buenas noches Sensi, que pasa con esa tierra roja que esta cayendo, da miedo de ver el cielo, otras veces ha caido pero no tanta, esperemos que pare pronto porque es preocupante, hasta mañana besillos.

Buenas noches Antonia, ha llovido un poco pero tenemos el cielo que no se ve hay polvo del desierto como llueva caerá barro incluso sin llover cae tierra es una barbaridad lo que ha traído el viento en Facebook han puesto unas fotos de Vicar en Almería y está todo el cielo rojo del polvo yo no lo he visto nunca así... Que descanses.

La leyenda El cortador de bambú y la princesa de la luna

Hace muchos, muchos años, existió en Japón un cortador de bambú muy trabajador, que vivía junto a su mujer en una humilde casa del monte.

El hombre se levantaba temprano cada mañana y terminaba su tarea al anochecer. Con todo el bambú que cortaba y que su mujer vendía en el mercado, sobrevivían y eran felices. Sin embargo, no podían hacer realidad su mayor deseo: tener un hijo.

Una noche, justo cuando el cortador de bambú estaba a ... (ver texto completo)