Mi
familia y yo celebrábamos el cumpleaños de mi hermana. Un señor visiblemente mayor se sentó en la mesa de enfrente. No nos percatamos de su presencia hasta que Dylan, uno de los camareros, se arrodilló para ponerse a su altura. Oímos como el hombre se disculpaba con él. Al parecer, había olvidado el sonotone. Le contó que perdió la audición durante la guerra. Dylan le escuchaba con toda su atención.
Tras contarle la
historia, el hombre se disculpó por hablar demasiado. “Perdóname
joven, hoy cumplo
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