Cuando mi perro Bob murió, cerca de la navidad de 2014, soñé que un gato negro aparecía en mi puerta, pero no entraba en casa. En el sueño, al mismo tiempo que yo lloraba, también reía de felicidad, porque había notado que el perrito que tanto amaba, había muerto, pero había vuelto en forma de gato. Me desperté y lloré aún más por haber sido sólo un sueño.
Prometí que no volvería a tener más mascotas, porque su partida era tan dolorosa, como el luto por un ser humano. Bob era muy inteligente y acelerado. ... (ver texto completo)
Prometí que no volvería a tener más mascotas, porque su partida era tan dolorosa, como el luto por un ser humano. Bob era muy inteligente y acelerado. ... (ver texto completo)