El cojo y el ciego
“Hubo una vez un cojo y un ciego que iban paseando juntos cuando se encontraron un
río, el cual ambos debían cruzar. El cojo le dijo al ciego que él no podría llegar a la otra orilla, a lo que el ciego respondió que él sí podría pasar pero ante su falta de visión podría resbalar.
Ante ello, se les ocurrió una gran idea: el hombre ciego sería quien llevaría la marcha y sostendría a ambos con sus piernas, mientras que el hombre cojo sería los ojos de ambos y podría guiar a
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