Cuando por fin descubres que solo importa lo que te hace
feliz... se renuevan tus ganas de vivir y te das permiso de ser quien eres, sin importar lo que digan los demás. Y es normal que la gente no lo entienda, no lo acepte, o hable mal de ti. A veces por su gran frustración, su enojo por no ser feliz, o su profunda y vulgar envidia.