EL
GOBERNADOR Y EL ESCRIBANO.
Hace mucho tiempo la Alhambra era gobernada por un anciano y valeroso caballero, que había perdido un brazo en una de las muchas guerras en las que intervino, por lo que se le llamaba el Gobernador Manco.
No obstante la ciudad y su provincia, militarmente era llevada por el Capitán General de la Región, pero ambos estaban enemistados y celosos, no permitiendo que el contrario interviniera en asuntos del otro.
El Capitán General, mediante un escribano, dictaminó
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