El gitano que esquiló un perro
Estaba un carpintero puliendo y cortando madera a la
puerta de su carpintería. Tumbado a su lado había un perro de
aguas, de largo pelo enmarañado.
Pasó por allí entonces un gitano que, al ver al perro desgreñado, dijo:
– Compadre, ¿quiere usted que esquile al perro?
El carpintero, sin dejar de trabajar y encogiéndose de hombros, respondió:
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