“Una Rosa soñaba día y noche con la compañía de las abejas, pero ninguna venía a posarse en sus pétalos. La flor, sin embargo, continuaba soñando. Durante sus largas noches imaginaba un cielo donde volaban muchas abejas que venían a besarla cariños-amente. Así conseguía resistir hasta el día siguiente, cuando volvía a abrirse con la luz del Sol.
Cierta noche, conociendo la soledad de la Rosa, la luna preguntó:
- ¿Tú no estás cansada de esperar?
- Quizás. Pero... ¡Estudia! No para saber una cosa más, sino para saberla mejor. El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos. Y que decir de esta mesa, pues en una palabra, que no tienen desperdicio, que son PATANEGRA PURA,,, Bueno de este grupo conozco a varios y a los que no, pues les mando un respetuoso saludo,