Yo no elijo dónde poner una emoción... elijo a quien donarla. LA JUVENTUD DE MI VEJEZ.
"Hoy tengo que hacer un esfuerzo mayor para lucir mejor.
La esclavitud de pintarme el pelo y cuidar mi cara, me recuerdan constantemente
que mis lágrimas y mis risas no han sido en vano, que cada cana y cada arruga tienen su historia.
He vivido, he reído y he llorado!
Sin embargo, a pesar de esto, considero que el gran cambio que los años aportaron a mi vida, se ha producido en mi alma.
Los años me enseñaron a priorizar, a
conciliar con el amor, a agradecer...