Cierto día, un anciano aquejado de varios dolores acudió a la consulta del médico. Nada más entrar, el doctor le preguntó cuál era su dolencia:
–Siento dolores muy fuertes en la espalda. Quiero moverme como hacía antes, pero no puedo –dijo.
–Eso que me cuenta es por su avanzada edad –le explicó.
–Eso no es todo –prosiguió el anciano–. También me doy cuenta de que estoy perdiendo la memoria.
–Sí sí. Eso es porque es viejo –declaró el médico.
–También estoy perdiendo... Nunca es demasiado tarde para ser lo que podrías haber sido... La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás pero ha de ser vivida mirando hacia adelante. Buenos días Antonia feliz domingo, hoy no llueve pero el viento no se acaba de ir... Besillos.