Tenemos más de lo que necesitamos y aún así queremos más. Vivimos bajo el mismo cielo, pero ninguno tenemos el mismo horizonte. El eco de la soledad, triste historia
En un pueblo olvidado por el tiempo, vivía una anciana llamada Doña Clara. Su rostro, surcado por arrugas, contaba historias de una vida de sacrificios y amores perdidos. Sus ojos, opacos y cansados, aún guardaban el brillo tenue de la esperanza. Sus pasos eran lentos, su cuerpo frágil, pero su corazón seguía latiendo con la fuerza de quien ha sobrevivido demasiado.
Doña Clara había sido madre de tres hijos, quienes, como el viento, habían volado lejos en... El día es el regalo más obvio que la vida nos hace, y también es la razón por la que siempre nos olvidamos de dar las gracias. No, no tenemos que soportar todo, la paciencia tiene un limite y la vida está hecha para ser vivida, no soportarla.