Todos somos muy listos hasta que una mirada nos deja sin palabras. Muchos son los que corren para acumular cosas. A mi me gusta detenerme para apreciar momentos. Hay días que comienzan así, con ganas de saborear el gusto por la vida. Quien quiera donar luz a los demás, debe primero tenerla dentro de sí mismo y en su propia casa. Solo se puede donar lo que se posee. Me doy cuenta de que todos los días tengo algo que aprender, algo que olvidar, y muchas, muchas cosas a las que agradecer.