LA PAZ comienza en nosotros mismos, en la familia, en los centros de trabajo y de estudio, se extiende a las comunidades y así llega a las naciones Camina siempre con la cabeza alta, que de felpudos está el mundo lleno. El lector que no admira un libro bueno es que lo ha leído mal, y se le pueden citar pasajes admirables que, indudablemente, desconoce. Los que me tiraron tierra para enterrarme, olvidaron que yo soy como una semilla, cuánto más me cubren, más germino, crezco y mejor fruto doy. Nadie sale profesor de la vida de los demás, porque para todos la vida es esta, equivocarse, caer, levantarse y volver a empezar.