Creo que la gente pierde la capacidad de sorprenderse porque diariamente presencia desastres que suceden en todos lados. Muchos serían felices con la mitad de lo que tu tienes. Lo que para algunos son soberanas tonterías, para otros son grandes problemas, así de complicados somos los humanos. A los verdugos se les reconoce siempre. Tienen cara de miedo. Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor.