Las personas siempre son personas, no las teclas de piano. Porque nadie puede aplastarnos para tocar la música que les gusta a ellos. Algunos piensan que conocen a todos, cuando en realidad no se conocen a sí mismos. Si cierras la puerta a todos los errores también la verdad se quedará fuera. La vida es como una piedra de afilar, o te pule, o te hace polvo. Para llegar a la verdad, el alemán suma, el francés resta, y el inglés cambia de tema.