El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo. No puede haber grandes dificultades cuando abunda la buena voluntad. No te rindas, pues a menudo las personas tiran la toalla cuando están muy cerca del éxito. Cuanto más conozco a los hombres, más admiro a los perros. El tiempo no duerme los grandes dolores, pero sí los adormece.