Hace mucho tiempo, existió un músico muy célebre en China llamado Gong Mingyi. Era realmente magistral interpretando música clásica con un instrumento de siete cuerdas de seda. La vibración de este peculiar artilugio producía un dulce sonido llamado guqin.
Un día, se encontraba en medio de un monte practicando con el instrumento musical, cuando, justo en un momento de serenidad y desconexión, vio pastando tranquilamente a una vaca.
–Tocaré para ella– se dijo el músico.
... Te dirán que has cambiado... Mientras tú sonríes pensando que nunca te han conocido. Lo que uno ama en la infancia se queda en el corazón para siempre. Con el tiempo te das cuenta que la vida es para equivocarse, que el amor está para curarte y que sólo los que te quieren van a quedarse.. Si quieres dormir, apaga la luz. Si quieres descansar, apaga el teléfono. Si quieres ser feliz, apaga el cerebro.