Había una vez un hombre muy sabio al que con frecuencia visitaban los habitantes de la aldea para quejarse una y otra vez de los mismos problemas. Harto de escuchar siempre lo mismo, un día los reunió a todos y en vez de atender a las ya tan manidas preocupaciones de sus conciudadanos decidió contarles un chiste. Fue un éxito total, todos se rieron a carcajadas. Viendo la gran acogida que había tenido su idea, el sabio permaneció unos minutos en silencio antes de contarles,... Buenas noches Antonia. felices sueños.. un abrazo. Cada vez soy más consciente de que el tiempo vuela y que la vida es una sola Si aceptas el sol, el calor, y el arco iris, tienes que aceptar el trueno, el rayo y la tormenta. A veces pones muros, no para mantener a la gente fuera, sino para ver a quién le importa lo suficiente como para derribarlos.