Hace muchos años vivía un califa avaro y cruel que sentía pasión por las apuestas. Una mañana, al salir a uno de los patios, vio una pila de ladrillos y gritó: «Apuesto a que nadie es capaz de transportar estos ladrillos con sus manos de un lado al otro del patio antes de que el sol se ponga». Un joven albañil le preguntó por el premio y el califa le respondió que le daría 10 tinajas de oro. « ¿Y si no lo consigo?», quiso saber el albañil. «Entonces, te cortaré la cabeza».... El futuro del mundo pende del aliento de los niños que van a la escuela. A veces no te dejan salir, ni entrar en ninguna parte.
Es el drama de los refugiados! Me encanta quien ha aprendido a estar solo, porque cuando decide acercarse a alguien es porque realmente le importa, no porque lo necesite. Hoy los gimnasios están llenos de gente y las librerias vacías. Tenemos mucha gente con cuerpos perfectos, pero sin nada que decir.