Un hombre estaba perdido en el desierto, destinado a morir de sed. Llegó a una cabaña donde vio una vieja bomba de agua oxidada. Cogió la manivela y comenzó a bombear sin parar, pero no salía nada. Al lado había una botella de agua con una nota en la que ponía: «Vierta el contenido en la bomba para que esta funcione. Después, llene la botella de nuevo antes de irse». El hombre dudaba sobre lo que debía hacer, porque no confiaba en que saliera agua y, si no lo hacía, se quedaría... Lo que en la vida vale de verdad no son los regalos materiales, son los recuerdos de los momentos que has vivido y te han hecho feliz. La única vez que se debe mirar hacia atrás en la vida, es para ver lo lejos que hemos llegado. Se crece, se cambia, se madura, pero en el fondo siempre se necesita un poco de afecto, de una caricia, de sostener una mano En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.