A veces pones muros, no para mantener a la gente fuera, sino para ver a quién le importa lo suficiente como para derribarlos. No son juguetes, deberían ser un miembro más de la familia. No regales mascotas en Navidad si no van a ser queridos y atendidos como se merecen. Necesitan mimos, cuidados y seres responsables que los quieran. ¡Piénsalo bien antes de regalarlo!