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PEDRO MARTINEZ: Hola, Juan Alfredo: Diría, por el contenido de tu...

Hola, Juan Alfredo:

Diría, por el contenido de tu primer párrafo, que me has identificado. Luego de leer el resto de tu mensaje me asiste la duda.Desde luego que nos conocemos y no de ayer mañana. No obstante, te voy a imitar en eso de la identidad curricular.

Acepto tu rectificación, Sabadell, si bien Badía es otra referenecia.

Mi nota, ciertamente, era escueta; la tuya no era nada extensa ¿eh?. En ese momento mi prósito era saludarte con la esperanza de reencontrarnos en otras posibles, y casi seguras, comunicaciones.

Conque hijo de inmigrantes andaluces de ese pueblo? ¡Y tanto...! Yo vine a Barcelona un año después de que tu padre lo hiciera al cual no ví partir del pueblo porque por aquel entonces hacía yo la mili.

Un beso a tu niña de mi parte. No sólo tiene 26 meses... Tiene hermosura, ternura, belleza, simpatía... ¡qué no va a tener un ángel de 26 meses! Te imagino cuando te habla cayéndosete la baba. Donde no hay niños -¿sabes?- no hay cielo.

Las personas -ideologías pensantes las denominas tú- todas las personas, sin excepción, por el mero hecho de serlo e independientemente del credo político o religioso que profesen, de su raza, sexo, etc merecen un respeto imponente. ¡Ay, si emperara el respeto!, no existiría la explotación del hombre por el hombre, ni habría hambre en el mundo, ni dictaduras, ni guerras por petróleo...
La verdad absoluta, ciertamente, nadie está en posesión de ella. No obstante, están más cerca de esa verdad quienes luchan contra la explotación que los propios explotadores, más cerca quienes trabajan por erradicar el hambre que quienes la provocan o la consienten, más cerca el demócrata que el dictador, más cerca el objetor de conciencia o el defensor de su pueblo que el invasor.
Hablar de verdad absoluta o suprema es entrar en terreno teológico o filosófico. No hace falta tanto. Hay verdades tangibles, las que pueden tocarse con los dedos de la mano, v.vg.: mi nombre, Pepe, es una verdad que puede constatarse documentalmente; tambien hay mentiras palpables como la de las Azores... Mentiras como la de aquel que sacó a relucir en este foro la Plaza de España de Pedro Martínez con ánimo de abatir la ideología del contrario. No hay que dirigir la critica contra las personas por su respetabilidad, vale; pero las actitudes de las personas, las sinrazones, las injusticias, no sólo hay que criticarlas sino incluso dejarse uno la piel en el camino por erradicarlas. La no crítica en este caso no es virtud ni término medio de nada, Es omisión de un deber, Callar ante la injusticia es hacernos cómplices de la injusticia.

Bueno, me he extendido un poquillo. Espero nop haberte aburrido con mi discurso.
Venga, nos vemos. Un abrazo.
Pepe M.G.