Alcemos nuestra copa, amada mía,
que la noche nos brinda su hermosura,
y en el tibio panel de las estrellas
hay un orden de luz que nos convoca.
No desprecies la lumbre que la vida
indolente te ofrece
pues tal vez
otra noche no brillen las estrellas.
Saborea del vino sus misterios
o la roja fragancia de la rosa.
Todo será inmolado por la muerte
en la oscura mecánica del tiempo.
que la noche nos brinda su hermosura,
y en el tibio panel de las estrellas
hay un orden de luz que nos convoca.
No desprecies la lumbre que la vida
indolente te ofrece
pues tal vez
otra noche no brillen las estrellas.
Saborea del vino sus misterios
o la roja fragancia de la rosa.
Todo será inmolado por la muerte
en la oscura mecánica del tiempo.