PEDRO MARTINEZ: Alcemos nuestra copa, amada mía,...

Alcemos nuestra copa, amada mía,

que la noche nos brinda su hermosura,

y en el tibio panel de las estrellas

hay un orden de luz que nos convoca.

No desprecies la lumbre que la vida

indolente te ofrece

pues tal vez

otra noche no brillen las estrellas.

Saborea del vino sus misterios

o la roja fragancia de la rosa.

Todo será inmolado por la muerte

en la oscura mecánica del tiempo.