Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un comino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: « ¿Por qué callé aquel día?»
Y ella dirá: « ¿Por qué no lloré yo?»
- XXXI -
Nuestra pasión fue un trágico sainete
en cuya absurda fábula
lo cómico y lo grave confundidos
risas y llanto arrancan.
Pero fue lo peor de aquella historia
que, al fin de la jornada,
a ella tocaron lágrimas y risas
¡y a mí sólo las lágrimas!
y a mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y se enjugó su llanto
y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un comino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: « ¿Por qué callé aquel día?»
Y ella dirá: « ¿Por qué no lloré yo?»
- XXXI -
Nuestra pasión fue un trágico sainete
en cuya absurda fábula
lo cómico y lo grave confundidos
risas y llanto arrancan.
Pero fue lo peor de aquella historia
que, al fin de la jornada,
a ella tocaron lágrimas y risas
¡y a mí sólo las lágrimas!