Está la noche serena
De luceros coronada,
Terso el azul de los cielos
Como trasparente gasa.
Melancólica la luna
Va trasmontando la espalda
Del otero, su alba frente
Tímida apenas levanta,
Y el horizonte ilumina,
Pura virgen solitaria,
Y en su blanca luz süave
El cielo y la tierra baña.
Deslízase el arroyuelo.
Fúlgida cinta de plata,
Al resplandor de la luna,
Entre franjas de esmeralda.
Argentadas chispas brillan
Entre las espesas ramas,
Y en el seno de las flores
Tal vez aduermen las auras,
De luceros coronada,
Terso el azul de los cielos
Como trasparente gasa.
Melancólica la luna
Va trasmontando la espalda
Del otero, su alba frente
Tímida apenas levanta,
Y el horizonte ilumina,
Pura virgen solitaria,
Y en su blanca luz süave
El cielo y la tierra baña.
Deslízase el arroyuelo.
Fúlgida cinta de plata,
Al resplandor de la luna,
Entre franjas de esmeralda.
Argentadas chispas brillan
Entre las espesas ramas,
Y en el seno de las flores
Tal vez aduermen las auras,
Tal vez despiertas susurran,
Y al desplegarse sus alas
Mecen el blanco azahar,
Mueven la aromosa acacia,
Y agitan ramas y flores,
Y en perfumes se embalsaman.
Tal era pura esta noche
Como aquélla en que sus alas
Los ángeles desplegaron
Sobre la primera llama
Que amor encendió en el mundo,
Del Edén en la morada.
¡Una mujer! ¿Es acaso
Blanca silfa solitaria,
Que entre el rayo de la luna
Tal vez misteriosa vaga?
Y al desplegarse sus alas
Mecen el blanco azahar,
Mueven la aromosa acacia,
Y agitan ramas y flores,
Y en perfumes se embalsaman.
Tal era pura esta noche
Como aquélla en que sus alas
Los ángeles desplegaron
Sobre la primera llama
Que amor encendió en el mundo,
Del Edén en la morada.
¡Una mujer! ¿Es acaso
Blanca silfa solitaria,
Que entre el rayo de la luna
Tal vez misteriosa vaga?
Blanco es su vestido, ondea
Suelto el cabello a la espalda,
Hoja tras hoja las flores
Que lleva en su mano arranca.
Es su paso incierto y tardo,
Inquietas son sus miradas,
Mágico ensueño parece
Que halaga engañosa el alma.
Ora, vedla, mira al cielo,
Ora suspira, y se pára;
Una lágrima sus ojos
Brotan acaso y abrasa
Suelto el cabello a la espalda,
Hoja tras hoja las flores
Que lleva en su mano arranca.
Es su paso incierto y tardo,
Inquietas son sus miradas,
Mágico ensueño parece
Que halaga engañosa el alma.
Ora, vedla, mira al cielo,
Ora suspira, y se pára;
Una lágrima sus ojos
Brotan acaso y abrasa