Ofertas de luz y gas

PEDRO MARTINEZ: Un silencio de hormigas, un frenesí de esparto. Ah...

Un silencio de hormigas, un frenesí de esparto. Ah
corazón clamando ante los almacenes. Ya no hay sábados;
bajas a las iglesias, a los departamentos de la muerte y
ves la luz de la infelicidad; yaces y las serpientes
pasan sobre las murias derruidas.

Veo la juventud ciega en los atrios, la grasa negra de
las negaciones. Fulge tu lengua entre sarmientos, tu
palabra sobre los mástiles. Mas la pureza no se extiende,
no diluye en las aguas el acero, no deshabita las
comisarías. Ah corazón clamando por una tierra sin
olvido, por un país donde los pájaros se suicidan al
amanecer (como aquel camarada entre la pobreza y el
relámpago), viejo tenaz ante las rastrojeras, viejo que
aún lloras sobre llagas fértiles: dame tu látigo y tus
lágrimas, no me abandones todavía.

Agonizabas sobre los espejos y no arrancaste de tu
rostro el rostro de tu madre. No te pierdas aún,
préstame algo, dame tu incendio, tu piedad estéril, tus
zapatos, tus hernias, tus alondras, el huracán de tu
melancolía y el gran aviso de tu dedo negro, para que
no muera más de mala muerte la criatura del dolor:
España.