Esta pringá que ves, Sensi, es sólo un plato, pero por las mesas había algunos más. El
cocido, buenísimo; hubo uno -no diré quien, tú lo conoces- que comió un gran plato, repitió y volvió a repetir. Al final, cuando salíamos para despedirnos se dirigió a varias de las mujeres y les dijo: correr, salir pronto, no os quedéis mucho tiempo a mi lado que los garbanzos me están haciendo efecto... Tenía una panxa semejante a la de una mujer en cinta de siete u ocho meses. Manolo mío, Manolo de mis amores...
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